La felicidad siempre se esconde en tu cuaderno de comunicaciones perdido intencionalmente.

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Veo la infancia aleteando en nuestra conversación, tus ojos miran nuestro presente y quieren alejar aquella niña pero dos bromas la devuelven, podemos mirar pornografía o comprarle drogas a algún político conocido, pero se te cae el mate y todo regresa a las payanas, me alegro de poder sentirme a gusto con mi niño y volverme cada vez más inútil como adulto, creo que puedo valorar la felicidad de tu niña......
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