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En tu casa, en tu cuerpo, más exactamente en tus pensamientos, reside, por así decirlo, tu felicidad o como decía Baruch "la satisfacción de ánimo", ni en otras personas, ni en otros lugares, más bien aquello de arregla tu forma de sentir el presente y luego sí, quizás otras relaciones, quizás otros lugares, pero por la otra vereda se acerca un superhéroe que te ofrece otra estimulación de sentidos, pues todo lo que se nos ocurre es alterar alguno de ellos, o todos juntos, lo miro a los ojos eh!, estamos en Rivadavia y Trabajadores, se pone tenso, incómodo, me sereno, ni lo quiero matar, ni lo quiero seguir, se alejan los arreglos de la ciudad y solo queda la panadería Sainis o Sainy o algo así, pero no creo en el tiempo pasado, ni respeto en nada el futuro, solamente esquivo al superhéroe, gentilmente lo olvido en mis siguientes pasos que parecen flotar en el aire, un aire a piedra molida, un impuesto a la piedra que te coloca en el corazón el superhéroe que te espera en TU esquina.
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