jueves, 19 de abril de 2012

A la ñata no le importaba su cara de goma.

.
.
Es tu cara la que miro en la foto, en esa época solo almacenabas un 20% de las tensiones en la mirada, te observaba correr en tardecitas tibias, gritar los sueños a los eucaliptos.
Luego creciste y el porcentaje subió, entonces ya veías poco la tardecita, estabas más preocupado por conseguir un puesto mejor pago después de recibirte.
Al llegar los hijos y los apuros, te volviste ciego a los colores de la naturaleza, ya tu porcentaje de tensiones era mayor al 50%.
Te miro en esa cama de clínica, tan blanca pero tan sucia, lograste que la cara cargue con el 90% de las tensiones, lograste que los científicos tengan razón, veo que adivinás lo que pienso y que te sobra, ahora, todo el amor que te guardaste, pero sos valiente y me lo decís, con rabia, sabiendo que fué una picardía desperdiciar la vida en tensiones innecesarias.
Después no te ví más, pero estoy seguro que te llegará mi agradecimiento por tamaña lección.
.
.

2 comentarios:

Capulina dijo...

genial

Cachula dijo...

yyy...se me cayó un lagrimón Tito.