sábado, 14 de mayo de 2011

Cuando te cruze mi perro me indicará que vos también estás en estas vacaciones.

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La vida vista por la imagen que nos llega desde nuestras relaciones. La vida olvidada detrás de los miedos y las ansiedades. La vida sepultada entre proyectos y sueños, aleteando por un poquito del aire que significa un gas en la entrevista de trabajo. La vida analizada y calculada para que venga la VIDA y se nos cague de risa. La vida de la excusa, de la explicación, del lamento. Todo tan conocido por todos y a la vez tomado tan superficialmente. Lo miro al perro y le comento que no hay tiempo, que vámonos de paseo, pero que sí hay tiempo, que vamos a sentarnos a mirar el arroyo, pero que el tiempo no existe, que hay que cumplir con un par de boludeces y después a disfrutar de lo que trae, invariablemente, la correntada. El perro corre, yo lo sigo con la mirada y amo cada vez mas estar de vacaciones en mi vida( si, si, si, no me voy a olvidar de trabajar y bañarme, ni de pagar lo que alcance....)
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Debería irme de vacaciones, aunque más no sea debajo de la mesa, atrás del baúl, en el hueco entre el tacho de basura y el caño de agua, y mirar desde allí. Ausencia de búsqueda, contemplación de la luz que va desapareciendo entre las hojas del potus. mmmm...aunque sea un rato.