jueves, 20 de octubre de 2011

Tomando mate con el dueño de la naturaleza que anda de vacaciones por cualquier corazón.

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El amor entendido como propiedad es el miedo a estar solo, decía y movía la bombilla, y estar solo es un problema para el que no se aguanta la vocesita, agregaba agua a punto, la vocesita estuvo siempre pero cuando nos escuchamos el silencio no tiene nada para decir, me pasa el mate con movimientos parsimoniosos, entonces se queda callada y así es como la soledad no existe para el que respeta el silencio, que no és ausencia de sonido sino respeto de la realidad sin vocesita, le devuelvo el mate y asiento, por eso pibe usted dé amor incondicionalmente y no espere nada, si ese es su ánimo todo ocurrirá naturalmente, sin que nada altere su sagrado silencio, me hace un ademán para que me aleje de su lado, que me pierda en las sierras, en los arroyos, en la concha de la lora y en el fín de la autopista, en los tomates rojos de vergüenza, en los bolsillos llenos de concejos desparramados en una cultura que se vuelve producto pero que vale la pena seguir oxigenando.
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1 comentario:

Capulina dijo...

Hermosa imagen la de ese momento, puedo imaginarme el lugar, los movimientos, los rostros, el caminar, todo tan sencillo y profundo, pausado...