miércoles, 20 de julio de 2011

Mís locos se encargarán de husmear en tu comida.

.
.
Estos locos huelen la comida intelectual con desconfianza, aislan con el tenedor lo desabrido, le agregan saliva que juntan en cucharas improvisadas y te devuelven el plato completo. Allí entra en escena el buén gusto, entonces rezagado en un rincón y decide que es nutritivo y que no. Mis narices me aconcejan alejarme, camino sin descanso hasta la plaza del centro, me siento en el monumento a la madre y pienso en las oportunidades, de ser buena persona, que he dejado escurrir por la rejilla del ego. Enfrente un millón de palomas enceguecidas se suicidan contra idéntica cantidad de pensamientos inseguros. Yo miro la masacre intentando imaginar una conversación contigo, luego te contaré cuales fueron tus palabras exactas, ahora debo pararme lentamente para no despertar un perro extenuado que se durmió en mi imaginación, una luciérnaga dopada con un cuento de Masliah. Todas las personas que asistan al espectáculo deben prevenirse de una angina de aburrimientos fríos, muy fríos.
.
.

No hay comentarios: