jueves, 6 de octubre de 2011

El fracaso tiene éxito cuando no permito el "simplemente".

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Estar sentado en casa,
sin invitados ni invitaciones,
girando el amor intacto en la boca del estómago,
sin que falte la sensación de que la culpa es nuestra.

Encontrarse la mirada reflejada,
en el charquito de lágrimas,
QUE NOS GUSTA QUE VEAN,
antes que se seque sin testigos.

Algo se ríe adentro,
algo que viaja en la sangre y provoca la sonrisa,
esta serenidad seca el charquito,
simplemente sintiendo la quietud...mas allá de la sangre.
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2 comentarios:

Capulina dijo...

Oia!!me dio dolor de panza, asi, de repente.Tomarme un te de manzanilla a la orilla de tu charquito me va a hacer muy bien.

Anónimo dijo...

Poema de lenta digestión, como si pudiera lograr hacer algo sin que me importen los testigos, genial.