Hacer reir a la dama.

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Como si sobraran las oportunidades, cruzó el día sintiendo cada cosa, su forma elegante de cagarse en todo ya no le deparaban ni peleas, ni enemigos. Pero los perros olfateaban el negocio, este sistema te vende lo que necesites, cada mierda de institución te regala su sociedad. Chupame la poronga pensaba con cada publicidad que se cruzaba, pero se reía vaya si se reía, estos hijos de putas son producto de nuestros deseos pelotudos, y ja ja ja y ji ji ji. Hacerse amigo de los árboles, le comento al amigo, pensá en eso antes de preocuparte por relaciones pelotudas, pero tomátelo en serio. El amigo lo miró y le hizo un gesto indefinido de comé, chupá y dejate de romper las pelotas. El año pasó rápido en aquel día, casi se termina la vida encerrados en aquel patio de follaje intenso. A quién votaste, a la Cristina, yo a Binner, yo a Altamira, las soluciones en la última página y los perros se parecen a sus amos. Aja, con que esas tenemos, me boludeas, y le tiro un baldazo de agua putrefacta. Pero no se enojó, se reía, mojado en pleno invierno y a tres km de ropa seca. Andá a cagar con tu pc y tu celu, turro ético, me vuelvo a casa mamado y mojado pero solito, bah, a no ser que alguna dama, que guste de reírse porque sí me pida que lo intente y yo por hacer reír a una mujer soy capaz de tirarme otro baldazo de petróleo. Así volvió, cantando canciones con letras absurdas, detectando colores en la lejanía y en la palma de la mano, hablándole a los perros, ....y capaz que se murió, o que vive, y capaz que se volvió lo que nadie quiere ser pero todos sentimos, esa sensación estúpida de que la felicidad anda por otro lado, pelotudeando digo.
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