lunes, 7 de noviembre de 2011

Alla vá, pueda ser que alguien te lo cambie por una botella.

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La amistad puede anidar en las ramas más bajas de los árboles que vemos habitualmente, sí, considerando que dejamos pasar ríos de oportunidades de dar lo que guardamos para cuando???, pedaleo y leo, en las miradas, ritmos del idiota perfecto que me habla y analiza que decir para estar a la altura de lo que me creo que soy, una cachetada, ahí viene sin anuncio una noticia, esa movilidad punk de nunca dudar de donde viene el olor, olor a muerte ocasionada por las drogas y el alcohol, que es el lugar asignado para el que se caga en el orden practicando el desorden, decididamente un negocio donde poder revolcar el aburrimiento y la haraganería....me acerco a las ramas y miro de cerca el nido, muchas veces ví como solamente sacan brillo a sus huevos, hago un esquema, un dibujo de la soledad y lo guardo en un cajón del corazón, con la esperanza secreta de mostrártelo antes de que te mueras sin enterarte cuanto valoro tenerse en cuenta sin las pajereadas de la presencia, etiqueta causal del día del amigo, pero se acerca el día y dá igual puesto que el dibujo existe y eso de alguna manera se ha de dar y sentir, lo que me lleva hasta un recital de La polla records donde me río de las coincidencias, el tiempo no existe, la muerte obviamente tampoco, pero acá tengo la vida, los dibujos-esquemas guardados en el corazón, llorar de qué si esta es la oportunidad eterna de malgastar la energía en puteadas elegantes, le prometo a la verdad un millón de poesías para agradecerle la inutilidad de escribir para otra cosa que para dar, allá va.
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1 comentario:

Capulina dijo...

El otro día por el parque, pase por un árbol de ramas caídas, frondoso, crujiente, me pare a su sombra y comenzaron a caer trozos de hojas escritas con una tinta sangrienta, no las pude sostener,se me escapaban de las manos latiendo como a los saltos.