LAS CONSECUENCIAS
Tuve que soportar la consecuencias de tanto loro suelto revoloteando en el cerebro, de tantas ganas de hablar sobre temas que no le interesan a nadie a mi alrededor, y debo darles la razón: los loros murieron cuando dejé de sentir ganas de hablar, cuando sentí que la comunicación es espontánea o no es; entonces trato de leer en las miradas ¿PRENDO O NO PRENDO EL LORO?
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