jueves, 25 de marzo de 2010

Deformaciones

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Con el tiempo, se había hecho una idea particular de la espiritualidad y el bién común, solía escuchar con simulada atención lo que le decían sus hijos, pero sus relaciones lo habían empezado a evitar, como si se hubiera vuelto incómodo tratarlo. Cuando se percató de la antipatía que provocaba sintió una tristeza similar a la que sentímos todos cuando somos víctimas de una broma en la que todos ríen y hemos caído en la trampa. Sus deformaciones en el trato común lo volvieron el personaje, pués su persecución psicológica para estar a la altura de agradar generaban aquellas morisquetas que tanto te hacían reír. Yo te miraba reír, desencantado de tu humor, desencantado de tu forma de abordar al "loco", desencantado de mi intención de pasear con vos. Nuestra deformaciones, por aquellos días, tenían visto bueno, eran normales, entonces nos despedimos con sonrisas y nos fuimos a hacer nuestras morisquetas al espejo, a la pieza, al rincón mas protegido de nuestra mente.
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