viernes, 12 de marzo de 2010

Latín lover

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La avenida Trabajadores tiene tres sitios perfectos para tomar una decisión y estaba parada justo en uno de ellos, yo pasé a su lado, y sin mirarla le dije " es ahora o nunca ". Hizo caso omiso. Dí la vuelta de manzana, me decidí a decírselo de frente, seguramente no tenía idea de donde estaba parada. No estaba más, alguien que de seguro no fuí yo, le había ayudado a decidir. Me deprimí, caminé dos cuadras hasta Rivadavia, el otro sitio perfecto para tomar una decisión, allí me paré pero nunca supe que era lo que tenía que decidir. Me aburría y me deprimía más. El tiempo, el que transcurre, los segundos, son como de plástico, se dilatan y yo seguía parado allí sin saber qué decidir. Son broches de plástico que se prenden al alambre oxidado de la semana, pensaba yo, trataba de retener semejantes frases para escribirlas y darlas a conocer por medio del diario local. Le indiqué a mi mente que me proyectara el video de una tarde de pesca en Blanca Grande pero algo fallaba porque me mostró la cara de mi abuela escupiendo carozos de aceitunas. Ta todo bien. ¿ Cual es, loco ?. Baja un tipo uniformado y me pide documentos, cree que estoy drogado pero las drogas para mí siempre fueron aburridas, cree que estoy loco pero la locura para mí siempre fué conformarse, cree que estoy bromeando pero no me da risa cuando se pone impaciente porque le hablo en latín, alguna vez este idioma se usó para cosas serias y no para que los curas parezcan poseídos cuando practican la pedofilia. Me llevan a casa, mamá comparte las tabletas conmigo, el agente no nos entiende cuando lo despedimos y mamá cree que ya no escupo los dulces medicamentos del sistema.
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