Un ser humano solo en una esquina,
se revisa los últimos pensamientos,
se acerca a su corazón, al latido, a la respiración,
consigue que su sangre se entere,
cierra sus ojos y ve su propia imagen pero distinta,
no se reconoce en su propia risa,
alguien le habla,
alguien lo saluda,
pero no puede cumplir estos requisitos,
ve la realidad moverse cómicamente,
ve el juego poco serio,
repetitivo, previsible mundo de relación,
y sonríe de su gil,
de su problemón,
de su guión sobreactuado,
sonríe, se ríe, abiertamente se ríe de sí mismo,
su chau suena leve yéndose en el viento,
choca contra el final de su imagen,
se renueva,
se vuela el viejo seso de un momento tan cotidiano....
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