jueves, 11 de febrero de 2010

Estamos todos

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¿ Cuando fue que conseguiste ver el lado bueno, distinto, único e irrepetible ?Escuchabas aburrido sus problemas, eso me decías. Te quedabas callado ante el cúmulo de boludeses que siempre rellenaban los tiempos muertos. Soportabas estoico, amistades que, me confesabas, nunca extrañarías. Luego cambiaste, te volviste selectivo, resaltabas virtudes de tus nuevas o renovadas relaciones, eran los copados y dejaste de lado muchas cosas, por pelotudas me dijiste. Por ese tiempo empezaste yoga o teatro, no recuerdo bien. También dejaste de visitar a tus abuelos y te encantaba despreciar invitaciones de tus viejos amigos. Llegó el arte, llegó el tiempo de algunos excesos y los enredos de la sexualidad. Te sumaste a la onda que combinaba rock, drogas, violencia ridícula y el mejor deporte del mundo. Después te pusiste coqueto, dejaste embarazada una pendeja, así me lo contaste y hoy te cruce caminando con ella por el parque, ya tienen dos hijos y se te ve en plan deportista urbano, vegetariano, positivo, macrobiótico, bastante informado políticamente, con un aura chi-kung que mueve las hojas de los árboles, ella, me pareció, te mira un poco cansada. Entonces nos despedimos y siento que todos alimentamos posturas, sonrío, me burlo de mi, me pregunto ¿ que hace que me de vuelta a los tres pasos para mirarle el culo a tu mujer?.
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