miércoles, 17 de febrero de 2010

Otro atentado....

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En los diez años que llevaban conviviendo, nunca le había sido infiel, pero luego de leer aquel libro donde el autor consideraba que la fidelidad no era mucha virtud en la pareja, donde el autor monologaba sobre otros certificados a considerar para evaluar la salud del amor, ella dudó, de si misma y de él.
Revisó los proyectos comunes y descubrió que eran solo proyectos seudo-económicos. Reconoció su sospechoso entusiasmo hacia las actividades que no lo incluían a él, salidas y viajes con amigas, recitales, cine y también la indiferencia hacia lo que a él le entusiasmaba, fútbol, pesca, pornografía.
Era lo normal, las parejas funcionaban así, su concepto de infidelidad cambió, en vez de ser una traición al amor paso a ser una consecuencia de la indiferencia. El engaño doble de buscar en otra relación un poco de atención, de comprensión o, al menos, olvidarse del fracaso de aquellos sueños que se redujeron a casa, trabajo, hijos, auto y engordar cogiendo sin rastros del necesario erotismo.
Terminó el mate, se fue a duchar, se sintió excitada, se tocó mientras se secaba, estaba sola en la casa, nunca había logrado acabar con una paja, se quedó un rato tirada en la cama luego del orgasmo, estaba decidida a irse a vivir sola, algún autor hijo de puta había atentado nuevamente contra la institución.
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