viernes, 26 de febrero de 2010

No guardar, no somos el pajero cajero.

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Lo que te corresponde de la flor, lo que te quería dar y no supe como, caminé hasta tu casa y no supe hacértelo notar, miré desde afuera como se escurría el tiempo, como un recuerdo se formaba y se perdía, divagué y divago entre flores hechas del aire que respiro, por eso ahora golpeo la puerta de la belleza sin pensarlo, estoy dispuesto a revolver en los bolsillos del corazón en busca de todas las monedas, no quiero guardar ni una, seguramente el instante se vuelve tan intenso que te convendría sentirlo a leerlo, por eso intento hacerte llegar: lo que te corresponde de la flor.
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